En el siglo XIX se dieron grandes cambios en las técnicas de las expresiones artísticas, así como en su filosofía, un ejemplo de esto fue que muchos artistas en Europa comenzaron a ver a la acuarela como una técnica seria y no para prácticas o experimentos, pues se volvió la favorita de paisajistas e impresionistas, lo que convirtió a la época de 1800 a 1900 de las mejores para el auge de la pintura de agua.
Antes de 1800, la mayoría de los artistas consideraban que la acuarela no era una técnica con la que se debían de realizar obras de gran formato o que fueran pensadas para ser expuestas al público porque siempre estaban destinadas a las miniaturas de libros o de retratos que serían decoraciones para joyería. Sin embargo, la escuela inglesa de acuarela cambió el rumbo de esta técnica en 1804 a partir de la creación de sociedades.
La primera sociedad de acuarelas fue la Royal Watercolor Society, que fue fundada en 1804 por alumnos de la Royal Academy. Poco después surgió su competencia con la fundación de la New Society of Painters in Watercolours, de 1831.
Gracias a las diferencias que había entre los integrantes de ambas sociedades, el uso de la acuarela llamó aún más la atención y fue usada por aún más artistas, aunque no todos estaban tan comprometidos con su difusión como los miembros de las sociedades.
Ya que en la Academia Real en ese entonces el paisaje era uno de los géneros favoritos y más estudiados debido a los viajeros que retrataban los escenarios que visitaban, algunas de las obras más conocidas en acuarela son precisamente paisajes.
En general, el uso de la acuarela se hizo común para retratar viajes ya que la mayoría de los artistas que viajaban encontraban utilizar la pintura de agua algo más fácil de transportar y, además, el secado de sus obras era más rápido.
Sin embargo, lo que le dio mayor impulso a su difusión fueron las sociedades, pues luego de que en Inglaterra surgieron las primeras, en el resto de Europa se retomó la idea de crear grupos de pintores que se especializan en esta técnica.
Después de las inglesas, en Francia surgió otra de las sociedades más importantes en el mundo de la acuarela, que fue la Société d’aquarellistes francais, la cual fue fundada en 1879. De los artistas con mayor reconocimiento que estuvieron en esta sociedad, podemos encontrar: el Príncipe de Joinville (Francisco de Orleans) y Edouard André.
En cuanto a España, otro de los países que era considerado uno de los epicentros de las expresiones artísticas en el siglo XIX, surgieron las sociedades de acuarelistas, pero fue hasta después de que Mariano Fortuny despertó el interés en la acuarela de sus colegas. Hasta hoy, Fortuny es considerado uno de los principales promotores de esta técnica en toda la historia del arte.
Las sociedades no fueron las únicas que permitieron que la acuarela fuera tomada en serio en las artes plásticas, también el Impresionismo orilló a los artistas a considerar usar la pintura de agua como una de las técnicas ideales para plasmar lo que deseaban según el ideal de este movimiento.
Y es que el Impresionismo, como lo dice su nombre, se trataba de plasmar la impresión de la luz en los objetos, sin importar los límites de las formas o los planos.
Cabe mencionar que antes sí se utilizaba la acuarela, pero eran pocos quienes tomaban la técnica para realizar sus obras formalmente y no para bosquejos, como Thomas Girtin, quien es considerado el padre de la acuarela y gracias a quien el siglo XIX fue tan bueno para esta técnica.